Cuando llegan las vacaciones de verano se vuelve una tarea difícil lograr adaptar tu dieta y planificación deportiva a la vida social propia de la temporada, a las vacaciones, a los cambios de horario... Sin embargo, el verano también puede convertirse en un aliado hacia tus objetivos y establecimiento de tus buenos hábitos en tu vida diaria.
Con la llegada del solecito podríamos diferenciar distintos tipos de tendencias o formas de amoldarse a la temporada veraniega. Por un lado, están aquellos que entrenan a diario y llevan dietas muy restrictivas para lucir cuerpo en la playa. En el extremo contrario, encontramos a aquellas personas que abandonan completamente todo tipo de ejercicio físico y alimentación saludable.
¿Hay un punto intermedio?
Por supuesto que sí! Puedes disfrutar de tus vacaciones, del sol, de la playa, del descanso y de la vida social continuando con tus hábitos y rutinas saludables.
- Elige picotear frutas acuosas: aprovecha las frutas de verano como el melón, la sandía, las cerezas, la papaya...
- Bebe mucha agua. El cuerpo, debido al calor, te pedirá más hidratación que en otras épocas del año.
- Aprovecha el buen tiempo para moverte, pasea, nada, juega...
- Toma el sol una media de 20 minutos al día para absorber vitamina D. Es importante proteger tu piel. ¡No te olvides!
- ¡Ojo con los helados y bebidas alcohólicas! Como todo, con cabeza y consciencia.
- Aprovecha las altas temperaturas para alimentarte con ensaladas fresquitas y ligeras que siempre apetecen mucho más en verano que en cualquier otra estación.
- No olvides disfrutar y desconectar. Si hay planes hazlos sin preocuparte de qué comer o qué beber. Mañana será un nuevo día por delante para seguir con tus buenas prácticas.