No es oro todo lo que reluce ni es saludable todo lo que a primera vista parece serlo. Las modas cambian y se adaptan a cada tiempo de forma constante. En los últimos años han surgido determinadas tendencias alimentarias que han ido cogiendo cada vez más fuerza entre la población cambiando muchos de nuestros hábitos o preferencias a la hora de sentarnos en la mesa. La industria sabe aprovechar bien nuestras influencias y innova y actualiza sus productos en función de los movimientos que siguen sus consumidores. Es por ello, que muchas veces las etiquetas de los productos nos engañan haciendo que un procesados o ultraprocesados poco recomendable pueda llegar a parecer un productos saludable a incluir en nuestra dieta.
¿Qué no es sinónimo de saludable?
- La etiqueta "Bio" no nos asegura que un producto sea más recomendable o saludable que otro de las mismas características que no lleves esa etiqueta.
- La etiqueta "Ecológico" no nos asegura que ese producto sea más saludable. Los productos ecológicos son aquellos cuya producción está sujeta a una normativa creada para cuidar y proteger el medioambiente, evitando en todo momento el uso de productos químicos. Sin embargo, puede tratarse de un producto ultraprocesado.
- La etiqueta "Veggie". La calidad nutricional de los productos con etiqueta Veggie deja mucho que desear: generalmente están hechos con harina refinada (no integral), contienen un alto porcentaje de azúcares añadidos, incluyen ingredientes compuestos –es decir, que no son materias primas– elaborados mayoritariamente de azúcar (como las pepitas de chocolate) y aportan grasas de poca calidad (aceites vegetales refinados).
- La etiqueta "Sin azúcares añadidos" no es sinónimo de saludable. En muchas ocasiones se sustituye el azúcar por edulcorantes poco recomendables para la salud. Por ejemplo, el maltitol, un polialcohol muy utilizado por la industria para sustituir el azúcar común pero que puede afectar al buen funcionamiento de nuestra microbiota.
- La etiqueta "Light" no es sinónimo de saludable. Esta etiqueta nos indica que por legislación este producto tiene un 30% menos de grasas. Sin embargo, son productos más manipulados por la empresa que un producto natural. Además, si hablamos de un producto excesivamente calórico, la reducción en calorías es poco significativa.