Elegir lácteos de oveja o de cabra en una dieta antiinflamatoria puede ser una excelente opción debido a varias razones que tienen que ver con sus propiedades nutricionales y cómo se digieren en el cuerpo.
A continuación, te explico por qué estos lácteos pueden ser una alternativa beneficiosa en una dieta orientada a reducir la inflamación.
1. Menor contenido de lactosa
Uno de los problemas comunes con los lácteos de vaca es su alto contenido de lactosa, que puede ser difícil de digerir para algunas personas, causando malestar intestinal, hinchazón y otros problemas digestivos. Estos problemas pueden contribuir a la inflamación crónica en el cuerpo. Los lácteos de oveja y cabra, por lo general, contienen menos lactosa que los lácteos de vaca, lo que los hace más fáciles de digerir, especialmente para personas con sensibilidad a la lactosa. Esto puede ayudar a reducir la inflamación intestinal y promover una digestión más saludable.
2. Composición de las proteínas
Las proteínas en los lácteos de oveja y cabra son más fáciles de digerir y pueden ser mejor toleradas por algunas personas que las proteínas de la leche de vaca. La leche de cabra, por ejemplo, tiene una estructura proteica más pequeña y diferente a la de la leche de vaca, lo que puede facilitar su digestión y absorción, reduciendo la probabilidad de que el sistema inmunológico reaccione de manera inflamatoria. Además, las proteínas de la leche de oveja son más concentradas, lo que significa que, además de ser más nutritivas, tienen menos probabilidades de causar reacciones adversas en el cuerpo.
3. Mayor cantidad de grasas saludables
Los lácteos de oveja y cabra contienen una mayor proporción de grasas saturadas saludables en comparación con la leche de vaca. Estas grasas son ricas en ácidos grasos de cadena media, que son conocidos por sus propiedades antiinflamatorias. Los ácidos grasos de cadena media, como el ácido caprílico y el ácido caproico, tienen efectos antimicrobianos y antiinflamatorios en el cuerpo, lo que puede ayudar a reducir la inflamación a nivel sistémico.
4. Mejor perfil de nutrientes
Los lácteos de oveja y cabra son naturalmente más ricos en ciertos nutrientes antiinflamatorios, como el zinc, el calcio y las vitaminas A y D. El zinc, en particular, es esencial para el buen funcionamiento del sistema inmunológico y tiene propiedades antiinflamatorias. Además, los lácteos de cabra y oveja contienen más antioxidantes, como la vitamina A, que ayuda a combatir la inflamación celular. La vitamina D, que también se encuentra en estos lácteos, juega un papel importante en la regulación de la respuesta inmunológica y la reducción de la inflamación en el cuerpo.
5. Menor riesgo de reacciones alérgicas
Muchas personas con sensibilidad a los lácteos de vaca pueden desarrollar reacciones alérgicas o intolerancias debido a la proteína llamada caseína. Los lácteos de oveja y cabra contienen diferentes tipos de caseína, que son menos propensos a causar reacciones adversas que la caseína en la leche de vaca. Por lo tanto, las personas con sensibilidad a la leche de vaca pueden encontrar que los lácteos de cabra o oveja son más tolerables y menos inflamatorios para su sistema.
6. Propiedades antiinflamatorias de los ácidos grasos omega-3
Algunos estudios sugieren que los lácteos de oveja y cabra tienen un mayor contenido de ácidos grasos omega-3, especialmente cuando los animales han sido alimentados con pasto. Los ácidos grasos omega-3 son conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y pueden ayudar a reducir la inflamación crónica en el cuerpo. Estos ácidos grasos pueden ayudar a equilibrar la relación entre los ácidos grasos omega-3 y omega-6 en la dieta, lo que puede ser crucial para mantener una respuesta inflamatoria adecuada.