Las cifras y datos de obesidad en Espan~a son cada vez ma´s alarmantes tanto en sus porcentajes en la edad adulta como en sus porcentajes en la edad infantil y adolescencia. ¿Quie´n tiene culpa de esto? Sin duda alguna las poli´ticas alimentarias.
Hace escasos di´as saltaba a los medios de comunicacio´n la noticia de la prohibicio´n de anuncios publicitarios de productos llamativos y poco saludables para la poblacio´n infantil. Una medida tomada por el gobierno que crea mucha controversia pero, que a mi parecer, llega demasiado tarde. Esta´ claro que vetar este tipo de publicidad es una buena medida pero no es suficiente para luchar contra la obesidad en general, infantil en particular. Co´mo dietista, he de afirmar que no es una cuestio´n de publicidad es una cuestio´n de educacio´n alimentaria que debe empezar por los responsables de hacer la compra y cocinar en cada casa.
Lo primero, se debe cambiar la mentalidad de que llenar una cesta de la compra de productos saludables es mucho ma´s caro que llenarla de productos procesados ya que esto depende de que´ productos escojamos. Un bote de legumbres cocidas es un buen procesado que se puede adquirir en los supermercados por un precio de 0,80 ce´ntimos aproximadamente y da de comer tranquilamente a 2 personas. Un producto exquisito rico en protei´nas de alto valor biolo´gico y micronutrientes esenciales para nuestro organismo. Otro ejemplo, seri´a el caso de los yogures. Los mejores yogures los ma´s saludables son los que podemos encontrar en packs de 4 o 6 yogures a un precio inferior a 1 euro, sin an~adido, sin azu´cares, sin ser “lights”, ni desnatados, ni probio´ticos. Ricos en protei´nas, vitamina D y grasa la´ctea. Adema´s, este tipo de yogures son altamente beneficiosos para nuestro sistema inmune. A menudo, la gente ante esta afirmacio´n se sorprende porque nos han
Uxi´a Rodriguez Francisco
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acostumbrado a pensar que los productos bajo la etiqueta “light”, “ligero”, “desnatado” o “probio´tico” son los verdaderamente saludables y, todo lo contrario, son ma´s caro, ma´s pobres nutricionalmente hablando y ma´s procesados por la industria alimentaria.
Puestos a embarrarnos, podri´amos hablar tambie´n del tan criticado Nutriscore, una poli´tica que bien utilizada podri´a ser de gran ayuda para los consumidores pero que, sin embargo, contaminada por los intereses econo´micos de las grandes industrias alimentarias se queda en un simple engan~o ma´s para seguir fomentando la obesidad y empeorar la salud de la sociedad.
Ejemplo de esto lo encontramos en el Aceite de Oliva Virgen Extra, uno de los productos ma´s brillantes, puros y saludables de la dieta mediterra´nea es catalogado por el co´digo de colores con el nivel ma´s bajo y menos recomendable. En el otro extremo unos cereales azucarados con alto valor energe´tico y gran pobreza nutricional son clasificados con la categori´a A y el color verde, lo que significa como recomendables solo por el simple hecho de que en su empaquetado aparece la palabra “integral”.
Ante estos hechos y el desconocimiento de una sociedad que se fi´a de las grandes marcas y los medios de comunicacio´n todavi´a nos echamos las manos a la cabeza ante la afirmacio´n de que “en el mundo se muere ma´s gente a causa de patologi´as causadas de la obesidad que de desnutricio´n”. Una pena que ningu´n medio ni gobierno se deje de tantas leyes absurdas y empiece de verdad a mirar por la salud pu´blica.