Las necesidades nutricionales o el consumo suelen expresarse en calorías o kilocalorías por día. Los nutrientes alimentarios como las grasas (lípidos) contienen 9 kilocalorías por gramo (kcal/g), mientras que los hidratos de carbono (azúcar) o proteína contiene aproximadamente 4 kcal/g.
Contar calorías no es estrictamente necesario para conseguir mantenernos dentro de nuestro peso adecuado o para lograr un objetivo de peso. Sin embargo, para ello sí es necesario generar un déficit o superávit calórico.
En general un abordaje basado en consumir alimentos y no productos, recuperar la sensación de hambre y saciedad y adecuar el número de comidas a cada rutina y organismo son estrategias mucho más efectivas y coherentes que contar calorías.
Las calorías pueden servir como marco de referencia en caso de que en algún momento del camino hacia la recuperación de la salud y el peso se necesite. Sin duda, es más importante el hambre que sientas que las calorías que debes comer. Si realmente se siente la sensación de hambre, debemos escuchar al cuerpo y comer tratando de elegir siempre las mejores opciones.
A la hora de llevar una dieta equilibrada, densa nutricionalmente y saciante debemos apoyar al cuerpo para que recupere sus propios mecanismos de regulación. Para ello, lo recomendable es usar herramientas claves como regulación de los biorritmos, consumir alimentos reales, recuperar la proporción grasa músculo óptima...
Desde este contexto, entendemos las calorías como una herramienta más que podemos usar junto a todo lo anterior en caso de que consideremos que será beneficioso en la transición tranquila hacia la recuperación de hábitos saludables.