Ahora que llega el verano y es época de las frutas, que a mi parecer, son las más ricas de todo por dulces y refrescantes, es hora de desmentir todos esos mitos que existen alrededor del melón y la sandia. Dos frutas ligeras y muy acuosas que apetecen a todas horas.
Sin embargo, no es la primera vez que escucho que la sandía tiene mucho azúcar y el melón bastante más que la sandía. Esto justifica la afirmación rotunda que muchas personas hacen de ambas frutas, "el melón y la sandía engordan".
Menos mal que está Dieta con cabeza para romper todo los moldes, para desmentir toda la desinformación. La sandía y el melón NO engordan. Ambas frutas tienen un alto contenido de agua, más de un 90%. Este porcentaje hace que su cantidad de fructosa no sea significativo. Además, su contenido calórico suele rondar las 30 kcal por 100 gramos. También cabe destacar que su cantidad en agua las convierte en dos frutas muy saciantes.
El melón y la sandía NO hacen daño por la noche, de hecho, ninguna fruta hace daño dependiendo de la hora del día. Cualquier momento del día es bueno para comer fruta.
Comer melón y sandía al final de la comida NO engorda más. Lo que ocurre realmente es que, si se toma antes de comer, se come menos cantidad de los otros platos, que suelen tener más calorías. Las frutas tienen siempre las mismas calorías, independientemente de la hora del día en que las consumamos.