La fermentación es el proceso en el que una masa aumenta su volumen debido a la producción de gas en su interior. La fermentación comienza desde el amasado y finaliza en el momento de la cocción, cuando se alcanzan los 55ºC y mueren todos los microorganismos.
Este proceso es fundamental para obtener un pan con sabor, aroma y una buena conservación. Además, consumir masas que han tenido un buen proceso de fermentación presenta beneficios muy diversos para la salud.
¿Cuáles son los beneficios de consumir masas y panes bien fermentados?
- La fermentación siempre supone la descomposición de nutrientes en partes más sencillas que nuestro organismo asimila mejor. Durante este proceso se forman vitaminas del grupo B y C, incluso B12.
- La fermentación destruye parte del ácido fítico de la corteza de los cereales, el cual impide la absorción de calcio, hierro y cinc.
- Tanto los cereales como las leguminosas son alimentos concentrados de proteínas e hidratos de carbono complejos que deben ser sometidos a largos tiempos de cocción para poder ser asimilados. La fermentación y la germinación facilitan su digestión.
- Nos ayudan a restaurar y conservar nuestra flora intestinal ya que impiden el crecimiento de microorganismos patógenos y sus toxinas.
- Los alimentos que han sido sometidos a fermentación láctica ayudan a la digestión de otros alimentos con los que se ingieren.
- Son depurativos y alcalinizantes ya que nos aportan muchos minerales.