La cerveza, por mucho que nos engañemos... no es saludable. Está bien disfrutar de ella, saborearla y convertirla en una buena compañera en ciertos momentos de ocio pero no deberíamos engañarnos dándole propiedades saludables si queremos beberla porque, de momento, no hay evidencias de que las tenga. De hecho, las evidencias científicas que sí existen sobre la cerveza es el riesgo que conlleva la ingesta de alcohol que tiene esta bebida: daños cardiovasculares, para el hígado, riesgo de cáncer...
- LA CERVEZA NO ADELGAZA: El alcohol está considerado un factor que favorece el aumento de peso, pero es que además la cerveza contiene una concentración de hidratos de carbono mayor que otras bebidas alcohólicas, de forma que es especialmente problemática para las personas con sobrepeso o que quieran adelgazar.
- LA CERVEZA NO ES ANALGÉSICA:
- LA BARRIGA CERVECERA NO SOLO ES DE CERVEZA: Atribuir el exceso de grasa abdominal directa y exclusivamente a esta bebida es un mito: el balance calórico (la diferencia entre las calorías ingeridas y las usadas); la actividad física y características como la edad y el sexo también influyen, para bien o para mal, en esa "barriga cervecera".
- LA CERVEZA NO FAVORECE LA LACTANCIA: Es un mito antiguo e intercultural: la idea de que los bebés lactantes pueden disponer de más leche si sus madres beben cerveza con moderación. Pero a día de hoy pocos estudios de calidad al respecto y las evidencias disponibles, aunque son en parte contradictorias, se decantan más bien por lo contrario, porque el consumo de cerveza (con alcohol) puede retrasar y dificultar la lactancia, más que favorecerla.