Cocinar al vapor es una técnica muy antigua repleta de ventajas. Además de resultar muy saludable, también puede ser muy apetitosa, rápida y económica.
La cocina al vapor es una de las técnicas culinarias más antiguas del mundo, pero no por ello es una técnica que se ha quedado obsoleta. De hecho, en los últimos años se ha convertido en un método cada vez más empleado por aquellas personas que quieren comer sano sin renunciar a disfrutar de recetas sabrosas y rápidas.
La cocción al vapor se considera la más sana. En la cocción por inmersión habitual, parte de los minerales y las vitaminas de los alimentos se disuelven en el agua, esto conlleva a que si no reutilizamos el agua en la que hemos cocido los alimentos, estaremos perdiendo sus nutrientes. En la cocción al vapor eso no sucede. La cocción al vapor crea un microclima de unos 80ºC con humedad suficiente para que los almidones se transformen y adquieran una textura rica y tierna, sin que pierdan líquido ni nutrientes.
La cocción al vapor se considera la más sana ya que no conlleva pérdida de nutrientes ni alteraciones en el valor nutricional del alimento.
Por otro lado, el horneado tiene muchas ventajas que lo hacen una técnica saludable y capaz de ofrecernos sabores únicos. El horneado es una técnica de cocción con múltiples beneficios y realmente sencilla.
Entre los principales beneficios de este electrodoméstico encontramos que la corteza superficial que se forma en el alimento por efecto del calor es lo que impide que se pierdan sus nutrientes naturales, conservando todas las vitaminas y minerales, y logrando un resultado más jugoso y sabroso.
Cabe destacar que el horno es recomendable para preparaciones prolongadas a baja temperatura ya que la cocción respetuosa es lenta.
Además, en muchas ocasiones resulta muy interesante combinar ambos métodos de cocción. Se puede empezar con una cocción lenta de los ingredientes que necesitan más tiempo e ir preparando los restantes al vapor para agilizar el proceso de cocinado.
La corteza superficial que se forma en el alimento por efecto del calor es lo que impide que se pierdan sus nutrientes naturales, conservando todas las vitaminas y minerales, y logrando un resultado más jugoso y sabroso.