Las algas son los seres vivos más antiguos del planeta. Unas de las pocas verduras silvestres que, pese a su antigüedad, han empezado en los últimos años a ser protagonistas en platos y menús de degustación de restaurantes de alta gastronomía. Un verdadero lujo culinario con múltiples beneficios para el organismo. Es un recurso natural que se renueva anualmente en el mar y por ello significa un alimento estable y sostenible.
Las algas como complemento nutricional
Las algas se clasifican según su pigmentación en pardas (Phaeophyta), rojas (Rhodophyta) y verdes (Chlorophyta). Sin embargo, pese a esta diferenciación, presenta un perfil nutricional parecido.
De este superalimento marino podemos destacar su concentración de proteína. Las algas pardas presentan un bajo porcentaje de proteínas en su composición entre el 5-11%. Por el contrario, la concentración proteica de las algas verdes es de entre el 10 y el 26%. La de las algas rojas es de 35-47%, similar a la soja, los cereales o el pescado.
Las algas también son ricas en carbohidratos complejos y polisacáridos. Estos carbohidratos son los que liberan energía de forma lenta en nuestro organismo, de forma que elevan lentamente los niveles de glucosa en sangre. Gracias a esto, previenen patologías como la diabetes o la obesidad.
También podemos hablar de su contenido en grasas y ácidos grasos. Las algas pardas presentan un contenido de lípidos superior al de verdes y rojas, y una gran concentración de ácidos grasos poliinsaturados, esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Sin duda, esta repartición de macronutrientes las convierte en uno de los alimentos más saludables que podemos consumir y añadir a nuestros platos pero es su riqueza de micronutrientes, es decir, vitaminas y minerales, lo que las hace espectaculares.
¿Qué vitaminas y minerales están más presentes en las algas?
Yodo, Fósforo, Calcio y Hierro
Las algas son una de las principales fuentes de yodo que tenemos en nuestra dieta equilibrada junto al pescado y al marisco. El yodo es un oligoelemento imprescindible para el metabolismo energético de las células. Añadiendo solo pequeñas dosis de algas a la dieta habitual se tendrán cubiertas las necesidades diarias de yodo, lo que es importante para favorecer un correcto funcionamiento de la tiroides. Las algas se consideran asimismo una buena fuente de fósforo y calcio. Por otro lado, el hierro que encontramos en las algas es hierro NO hemo. El hierro NO hemítico lo encontramos en los alimentos de origen vegetal. La absorción de este tipo de hierro está determinada por factores como la combinación de ciertos alimentos o condiciones de salud que impiden o favorecen su solubilidad. Lo interesante, es que junto al hierro, las algas también presentan una alta cantidad de vitamina C, un micronutriente importante para mejorar su absorción.
Vitaminas
Las algas son una fuente de vitaminas. Por ejemplo, el alga nori presenta un alto contenido en betacaroteno o provitamina A, conocida por su papel protector en la salud de la vista. Además, las vitamina del complejo B también son abundante en algas como la Hiziki o la Espirulina. Por otro lado, las vitaminas E y C, potentes antioxidantes, están presentes en la Lechuga de mar o el alga Wakame.
¿Cuáles son sus beneficios?
Reducen la presión arterial: Gracias a su riqueza en antioxidantes, las algas fortalecen las paredes de los vasos sanguíneos, permitiendo que éstos se ensanchen y mejorando así la circulación sanguínea.
Por su contenido en fibra, ayudan a reducir el colesterol malo que se acumula en las arterias y reducir el apetito.
Combaten la obesidad: son bajas en calorías y ricas en yodo, un mineral que estimula la función tiroidea. La tiroides es una glándula que controla nuestro metabolismo, por lo que al estimularla contribuirás a su mejor funcionamiento.
Son depurativas y desintoxicantes: Gracias a su contenido en ácido algínico, antioxidantes y fibra.
Fortalecen los huesos: Esto se debe a que poseen hasta 10 veces más calcio que la leche. Además su ácido algánico contribuye a la buena absorción de este mineral.
Fortalecen el sistema inmunológico: Las algas poseen propiedades antivíricas, antibacterianas y antiinflamatorias, y además ayudan a fortalecer el sistema inmunológico.
Ayudan a combatir el dolor de condiciones inflamatorias como la artritis o la artrosis.